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17/5/13

Central solar en una silla

Nunca más cierto eso de que las apariencias engañan: Estas sillas para el jardín se ven geniales pero pocos adivinarían que son en realidad centrales de energía solar.

Reveladas en el Festival de Arte, Ciencia y Tecnología realizado con motivo del 150 aniversario del MIT (Massachussetts Institute of Technology), son creación de la Profesora Sheila Kennedy y su equipo, quienes las bautizaron “Soft Rockers” (“Mecedoras Suaves”). Lo de mecedoras se explica a sí mismo, lo de suaves no tanto, así que aquí vamos: No sólo están hechas con paneles de madera suave o “blanda”, sino que también representan algo así como una contraposición a la dureza de la arquitectura urbana moderna.

Sheila y sus colaboradores tomaron nota de un dilema existente en la industria de la construcción actual: Casi todas las partes disponibles para fabricar son producidas en masa, pero al mismo tiempo hay una necesidad creciente de objetos cuya forma esté especialmente adaptada a su uso. En otras palabras, les demandamos a cosas manufacturadas en serie que tengan cualidades únicas. La “Soft Rocker” se constituye como una de las posibles respuestas al conflicto. Su curva con forma de hoja “explora cómo tablones estándar de madera pueden customizarse masivamente para adaptarse a la latitud y el ángulo solar de locaciones específicas, usando software de diseño paramétrico y fabricación automatizada con un brazo robótico Kuka liviano.”

Las sillas fueron instaladas en Killian Court, dentro del campus de MIT. Son capaces de generar un sistema interactivo de rastreo solar de 35 watts con un axis de 1.5, que tiene en cuenta el poder humano del equilibrio. En términos más simples, estas criaturitas son capaces de detectar el peso de quien se sienta en ellas, y ajustan su inclinación como corresponda para quedar en dirección al sol y colectar su energía. Esta energía es guardada por partes electrónicas de suave o baja potencia (hey, he aquí otra razón por la que se llaman “Soft Rockers”), que también son responsables de cargar la batería de 12 amperios-hora.

Si el aspecto científico del proyecto no termina de atraparte, pasemos a cosas más crudas y prácticas: Su utilidad. Cada silla tiene una plataforma USB que el ocupante puede emplear para recargar su teléfono celular, reproductor de mp3, parlantes, etc. Además, de noche las sillas resplandecen con luz electroluminiscente azulada y parecen salidas del set de TRON. Esto no es exactamente utilitario pero no pueden negar que se ve increíblemente cool.

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